Beatriz Torres y Dora Napolitano
En muchos lugares podemos comprar los frijoles y otras leguminosas secas a granel. Y así nos evitamos el uso de empaques que hay que reciclar o que, si no las reciclamos bien, se irán a relleno sanitario y contribuirán a las aterradores 13 mil toneladas de basura que produce la Ciudad de México cada día (si vives en otras ciudades averigua cuánta basura se genera por día, son cifras que dan miedo).
Ya estamos muy acostumbrados a la comodidad de vaciar los frijoles cocidos de un paquete/lata y quizá nos parece muy complicado (y largo) el proceso de prepararlos en casa. Pues, sí requieren un cocción larga, pero hay algunos trucos para hacer más fácil el proceso, tan fácil que se puede incorporar en la cotidianidad complicada de cada familia.
Este proceso es igual para frijoles de todos colores y tamaños y garbanzos.
Remojo
Típicamente hay que dejarlos remojar una noche. Pero no es difícil: en 2 minutos los vacías en un recipiente y los cubres con 3 dedos de agua (y, en mi casa, una tapa para que el gato no se vaya a tomar el agua en la noche) y te vas a dormir.
A la mañana siguiente los enjuagas y les cambias el agua (esto ayuda a que no provoquen tantos gases).
Frijoles en olla exprés
NOTA: Hay quienes dicen que no hace falta remojar los frijoles que se van a hacer en olla exprés pero contribuye a reducir los gases que provocan, así que quizá sí valga la pena.
Limpia medio kilo de frijol, y ponlo en la olla express de capacidad de 8 litros.
Agrega agua hasta abajo del tornillo de la pata, media cebolla y 3 ajos grandes limpios y machacados, sal y una cucharadita de aceite
Lo pones a flama media y con tapa. Le agregas la válvula y de cuando empieza a sonar le cuentas 40 minutos mientras preparas otras cosas y le apagas.
Después se deja enfriar una hora (o si ya te fuiste, todo el día).
OJO: ¡¡No se enfría con agua!!
Frijoles en olla de cocción lenta
La olla de cocción lenta es un gran invento del que hablaremos más, porque te permite echar unos cuantos ingredientes antes de salir a trabajar y llegar a casa en la tarde con niños hambrientos y encontrar una comida casera lista para comer. Te permite dejar verduras, o los huesos de la carne cociendo a fuego lento, para que llegues y encuentres listo tu caldo, para consumir en el momento o congelar para uso posterior.
Remojaste tus frijoles. A la mañana, tiras el agua de remojo (o riegas unas plantitas con ella) y les das una enjuagada.
Luego los hechas a la olla de cocción lenta y cubres con mucha agua, 4-5cm por encima del nivel de los frijoles. Yo les agrego media cebolla y (cuando tengo) una ramita de epazote (ayuda a minimizar los gases) y kombu (un alga asiática que también ayuda a reducir los gases). [Más sobre el epazote, el kombu y los gases, aquí.]
En cada caso sigue las instrucciones que vengan con tu olla. Yo la pongo a fuego lento y me voy a trabajar. Al regresar en la tarde/noche están listos los frijoles para incluir en cualquier platillo.
Hay quienes dicen que los frijoles cocidos lentamente durante más tiempo producen menos gases.
Agrega la sal hasta el final, cuando estén listos los frijoles.
La verdad, yo suelo hacer frijoles en grandes cantidades y congelarlos con su caldo para poderlos descongelar según me hagan falta. Así que termina siendo tan práctico como tenerlos en lata, ¡solo que sé que son caseros y exactamente qué ingredientes llevan!
Cuando queremos adoptar nuevos hábitos para comer menos carne es muy importante saber preparar los frijoles y leguminosas, muy buenas fuentes de proteína vegetal, de manera que no nos provoquen malestares. Las leguminosas en general tienen mala fama como provocadoras de gases intestinales. Aquí les dimos algunas opciones para reducir ese efecto, pero para más información, vean este artículo: cómo reducir el efecto de gases de los frijoles.