Zurciendo el planetaHoy, Día Internacional del Agua, vamos a hablar del impacto de la moda en el agua. Ya hemos mencionado que el cultivo de algunos textiles es muy demandante en agua y el procesamiento de la tela también es muy contaminante. Se calcula que solo el procesamiento del algodón contribuye un 20% de toda la contaminación del agua dulce del planeta.
Pero cuando llega a nuestras casas la ropa, sigue exigiendo mucha agua. Eso lo podemos mejorar nosotros.
Como un ejemplo de los daños socio-ambientales de la industria textil, vamos a seguir la huella del algodón.
Quizá resulte sorprendente que incluso algunas fibras naturales pueden ser muy dañinas para el medio ambiente por la manera en la que se producen a gran escala.
Elegimos el algodón para este ejemplo porque representa el 40% de todos los textiles que se manufacturan y en su totalidad la industria es el sustento de unos 250 millones personas.
Hoy empezamos una mini-serie sobre el impacto ambiental de industria textil a nivel internacional.
A todos nos gusta vernos bien, estar bien vestidos, quedar bien. Pero ¿cada cuanto hace falta renovar ropero cuando ya no estás creciendo? ¿y a qué costo?
Todo el proceso de producción de telas, desde el cultivo de fibras naturales y la fabricación de fibras sintéticas, hilado, teñido, y a veces des-teñido tiene muchas consecuencias para el medio ambiente y para la salud y bienestar de los trabajadores. En muchos países la industria no está regulada y todos los desechos se vierten sin filtros ni tratamiento a los ríos.
El efecto positivo en la calidad del aire es uno de los beneficios más estudiados de los árboles urbanos. La vegetación puede afectar directa o indirectamente la calidad atmosférica de la ciudad principalmente en tres formas:
ANOTHER WORLD IS POSSIBLE: MY DECADE IN THE GLOBAL YOUTH CLIMATE MOVEMENT – un documental de Slater Jewell-Kemker
“Somos la única especie del planeta que tenemos la capacidad y el privilegio de decidir no extinguirnos. Es nuestra decisión.”
Palabras de Jean-Michel Cousteau en el documental.
Esta película documenta los 26 años de búsqueda de esa posibilidad de no extinguirnos pronto. Muestra la dificultad que nos ha dado como especie tomar los primeros pasos tentativos hacia un futuro mejor.
Les comparto este dilema de domingo porque me llevó a aprendizajes y descubrimientos nuevos y creo que a más personas les pueden servir.
(Festival internacional de cine de Guadalajara 2017)
Furusato (que significa Pueblo Natal en japonés) es un documental sobre las vidas de cuatro familias en las cercanías de Minamisoma después de sufrir con la contaminación radioactiva. La ciudad, de la prefectura de Fukushima a solo 25km de la Planta de Energía Nuclear de Fukushima, fue parcialmente inundada por el tsunami después del terremoto de 2011 y fue seriamente afectada por la contaminación nuclear. El documental tiene un ritmo tranquilo, de la cotidianidad semi-rural, pero en el fondo está un cuestionamiento de la necesidad de un planta nuclear.
El documental francés Demain (Mañana) cubre –en dos horas– un rango amplio de las areas de la vida cotidiana que contribuyen al cambio climático y nos hace propuestas de qué podemos ir haciendo para detener y revertir los efectos negativos. Es una película que, aunque señala nuestras deficiencias, al mostrarnos muchas iniciativas positivas, nos da muchas esperanzas para un futuro mejor.
¿Qué niño mexicano no quiere una piñata? Todos, parece (bueno, salvo uno de los míos). A mi me hacen ruido por el volumen de azúcar que consumen los niños, pero ahora MAS por el volumen de plástico, y no cualquier plástico: todos esos envoltorios de dulces son prácticamente imposibles de reciclar.
Así que este año sí nos propusimos una piñata sin plástico.
La idea original de este tutorial está aquí pero nuestra versión es de papel de re-uso y más sencilla en su decoración para que el papel siga siendo verdaderamente reciclable. (Si cubrimos el papel con otro material como crayola, pintura, pegamento o pegatinas, se vuelve mucho más difícil de reciclar.)