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Ideas para reducir el consumo de carne sin ser vegetariano (por ahora)

¿Cuál es el impacto de dejar de comer carne?

Si ahora comes carne diario, con dejar de comer carne un día a la semana, reduces tu impacto en un 15%. Más específicamente, según las cifras de EWG, tu impacto en un año al reducir tu consumo de carne lo puedes ver así:

  • si dejas de comer 1 hamburguesa (o un plato de albóndigas) a la semana equivale (en ahorro de CO2 liberado al medio ambiente) a dejar de manejar más de 500km.
  • si una familia de 4 integrantes no come carne ni lácteos un día a la semana, es equivalente a no usar el coche durante 5 semanas y acortar las regaderas de todos por 3 minutos.
  • EWG calcula que si todos los habitantes de EEUU dejaran de comer carne y lácteos un día a la semana, en un año ahorrarían lo mismo que retirar 7.6 millones de coches de circulación.
  • Si transferimos los datos a la población de México, si todos dejáramos de comer carne y lácteos un día a la semana: ahorraríamos el equivalente de CO2 que producen 3 millones de coches.

NB: los cálculos de equivalentes de CO2 son estimaciones que nunca van a equivaler exactamente a ningún individuo, pero que buscan darnos una indicación del impacto de nuestras acciones.

Cómo empezar

Para los que no se animen a (o no quieran) dejar la carne del todo (hay varios en mi casa) hay muchas opciones para reducir el consumo, que es buena idea para la salud individual como para el bienestar del planeta. Aquí algunas ideas:

  1. Prueba no comer carne en algunas comidas
  2. Elige un día a la semana que será “sin carne”. Inspírate conociendo el movimiento de “Meatless Mondays” o la experiencia de la ciudad de Ghent en Bélgica donde llevan casi 10 años de «los jueves de verduras«, una iniciativa en la que participan 90 restaurantes, 20 hoteles y el 50% de la población que por un día se vuelven vegetarianos.
  3. Si te va bien, animate a agregar otro día a la semana sin carne
  4. La próxima vez que comes afuera, elige una opción vegetariana
  5. Prueba el restaurante vegetariano (o vegano) cerca de tu casa. Explora las opciones. Quizá te guste más de lo que crees.
  6. Ajusta los favoritos de la familia. Las pizzas, la lasaña, los guisados, los chilaquiles e ¡incluso los tacos pueden ser vegetarianos, o de pocos ingredientes animales. Por ejemplo, haz tacos de papa con poquito pollo.
  7. Detente a mirar bien lo que comes. Lo más probable es que ya comas varios platillos vegetarianos. ¡¡Por ejemplo muchas quesadillas y la pizza margarita ya son platillos vegetarianos!! (Claro, el queso es un lácteo, pero no quites todo de golpe: poco a poco.) Quizá con solo aumentar tu consumo de algunos platos que te encantan que son vegetarianos «sin querer», ya puedes reducir la carne que consumes.
lasagna vegetariana
Lasaña vegetariana

Mientras más descanso de la carne: mejor; nuestro cuerpo y nuestro hígado, nuestro corazón y nuestro planeta, nos lo agradecerán.

Afortunadamente en la comida mexicana hay muchísimas opciones para comer sin carne.

Aquí algunas sugerencias:

  • Arroz, blanco, rojo, verde (con cilantro)
  • Frijoles refritos o en caldillo
  • Enchiladas verdes de huitlacoche
  • Verdolagas en salsa verde (sin la carne de puerco)
  • Tacos de champiñones/ flor de calabaza
  • Quesadillas de espinaca/champiñones/flor de calabaza/papa
  • Tacos dorados de papa
  • Tacos de canasta (de frijol y papa)
  • Tamales (cualquiera que no tenga carne, aunque se hacen con manteca, la idea es bajarle al consumo de productos animales, no necesariamente llegar a cero a menos de que así lo queramos, en cuyo caso hay tamales veganos)
  • Chilaquiles sin pollo ni huevo (puedes o no ponerles crema y queso dependiendo de qué tan estrictos quieras ser)
  • Infinidad de sopas que no requieren carne ni huevo ni crema (de frijol, tortilla, verduras, lentejas, jitomate, etc). Si te gustan las cremas agrega papa para espesarlas y quedan riquísimas sin productos lácteos.
  • Además de todo tipo de pastas ya sea en ensalada, con salsa de jitomate, a la mantequilla, etc.
  • Pasta en salsa de aguacate con jitomate cherry
  • Tarka dhal (un platillo de lentejas rojas)
  • Tortitas de quinoa
  • Pizzetas de calabacitas

Texto de Dení Rayn Villalba y Dora Napolitano

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