Zurciendo el planetaQueremos compartir con ustedes algunos consejos indispensables para realizar buenas prácticas turísticas que reduzcan nuestro impacto ambiental al momento de viajar, y al mismo tiempo respetar el patrimonio biocultural del sitio que visitamos.
A tres horas y media de la CDMX se encuentra la reserva de la biosfera Tehuacán-Cuicatlán, un espacio declarado patrimonio mixto de la humanidad por su riqueza natural y cultural.
Si buscas una opción diferente para éstas vacaciones, que fomente un turismo responsable, solidario, justo y consciente con prácticas sustentables, entonces debes visitar Ek’Balam en el Estado de Yucatán.
Villas Pico de Orizaba es un centro de campamento y cabañas para disfrutar unos días en la montaña, cerca de la cima más alta de México y el volcán más alto de Norteamérica.
La ubicación es preciosa, con vista al Pico de Orizaba para un lado:
Desde hace meses, ando buscando una cabañita tranquila, a menos de 2 horas del Distrito Federal a donde retirarme del ajetreo de vez en cuando. Y oigan: ¡¡encontré una!!
Vista hacia el volcán desde el bosque[/caption]
Dicen los pobladores de Nuevo San Juan Parangaricutiro que “paricutín” no significa nada en purépecha.
El 20 de febrero de 1943 Don Dionisio Pulido, un comunero de San Juan de las Colchas, como se le conocía a San Juan Parangaricutiro por su producción textil, salió a revisar su milpa. Se sorprendió al descubrir una grieta en la tierra plana de su milpa que echaba gases y calor. Al día siguiente se veía rojo vivo en la grieta, y pronto empezó a levantarse la tierra alrededor de la grieta. En un año, la pequeña grieta, ya era un cerro ardiente de 400m de altura sobre la meseta purhepecha.
(Al final del artículo hay un enlace con ideas de re-conexión con la naturaleza en el contexto de la Megalópolis que es CDMX o planeen un viajecito para el próximo fin de semana largo.)
La idea que debemos conquistar o dominar la naturaleza ha dirigido el comportamiento humano por un periodo relativamente corto de nuestra historia de 150 mil años en este planeta de 4.5 billones de años. Es un impulso comprensible. Nuestra inteligencia y capacidad de previsión nos permitieron desarrollar sociedades complejas y nos dieron una sensación de control sobre nuestra existencia frente a la fuerza de la poderosa, y a veces amenazante, naturaleza.