Categorías
Para hacer con niños Viajes

Deguedó: un espacio de paz

Desde hace meses, ando buscando una cabañita tranquila, a menos de 2 horas del Distrito Federal a donde retirarme del ajetreo de vez en cuando. Y oigan: ¡¡encontré una!!

(Si saben de otras, me avisan.)

Les cuento:

Siguiendo mi interés por recuperar telas (precisamente la búsqueda de tintes naturales para dar vida nueva a telas viejas) di con la tintorería mexicana de Raúl Pontón Zúñiga y ciertamente la parte tintorera es muy interesante pero hoy les quiero contar de su pueblo: Deguedó, Estado de México.

Además de su maravilloso trabajo tintorero, Raúl Pontón se ha dedicado a cuidar y conservar el bosque de Deguedó y a recuperar la historia del lugar. En los últimos 12 años ha colaborado en la creación de una pequeña reserva dentro de la comunidad y construido una cabaña al borde de la reserva que renta a visitantes. Fuimos a conocer a Raúl y a Carmen la primera semana de enero: ¡invierno, frío, precioso!

Animalitos

La reserva es tranquila e intocada, lleva ya más de 10 años cercada y protegida del hombre y del ganado, de manera que ya ha vuelto a crecer el zacate nativo que es el habitat de muchos animales nativos. De igual manera, los encinos han crecido a gran altura y ahí —bajo los árboles y entre los pastos y las rocas— han vuelto a estar a salvo muchos animalitos como zorillos, tlacuaches, zorros, cacomixtles que anhelábamos ver. Encontramos las entradas de sus guaridas,

pero los animalitos son precavidos y prefieren no dejarse ver (aunque Raúl si los ha visto, hasta los ha recogido para curarlos, y tiene muy buenas fotos). Estoy segura  que con más tiempo y paciencia, también alcanzaríamos a verlos. Lo que sí encontramos, fueron señas seguras de su presencia: muchas deposiciones de toda esta fauna silvestre, incluso de coyote (se veía el pelaje) y de búho (diversos regurgitados de pelos y plumas).

Fue un tema maravilloso y recurrente el fin de semana. Resulta curioso como estas caquitas son tanto más simpáticas que las cacotas que decoran las banquetas de la Ciudad de México: no huelen, no estorban, y de los animalejos más pequeños, suelen estar llenas de semillas de la fruta comida

De vez en cuando se encuentran una multitud de “nopales-bebés” creciendo juntitos, donde sin duda, hace unos meses, descomió uno de estos animales.

El último día, antes de partir, iban Raúl y mis hijos siguiendo una serie de deposiciones a lo largo de un callejón ancestral delineado por muros de piedras apiladas, y, frente a una colección especialmente grande, Rául les dijo a mis hijos, “Eso quiere decir que los seres humanos no estamos solos ni somos dueños del mundo”.

Otros avistamientos maravillosos incluyen:

 

La cabaña

La cabaña es muy sencilla, y justo lo que yo quería.

El pueblo de Deguedó se ve muy tranquilo pero la cabaña está retirada de él, en una loma con vista a la reserva y al valle. Es de un solo espacio amplio, sin luz, sin agua corriente, sin chimenea.

En la tarde puedes observar cómo se retiran las aves del valle, para buscar protección en el bosque en la noche. Y en la noche las estrellas…

En la mañana ves la salida del sol, desde la primera sugerencia de luz, el cielo rojo, y el momento que asoma el sol, detrás de las lomas del otro lado del valle.

 ¡¡Y para darle un gran plus ecológico, tiene baño seco!! Yo soy fan de los escusecos. Por si nunca has usado uno: no huele, no es incomodo, no es complicado, y no requiere agua (pues no hay agua corriente en la cabaña). Tiene dos espacios muy evidentes para el pipí y el popó. Cuando haces popó, en lugar de “jalar”, debes cubrirlo con la ceniza y cal que se encuentra en una cubeta. ¡Y listo! No hay nada más fácil.

Logística

Cómo llegar: carretera a Queretaro. Después del desvío a Soyaniquilpan (cabecera municipal) tomar la salida a la derecha. Es pequeña y no tan evidente. La verdad, nosotros nos pasamos y tuvimos que regresarnos. Aquí un mapa para llegar al Taller de Raúl Pontón.

Antes de salir: asegurar que la cabaña está disponible, hablando al teléfono 55 2668 4932 o comunicarse por FB (messenger) con Raúl Pontón Zúñiga. Él alquila la cabaña y con su compañera ofrece servicio de comidas y una orientación para pasar un fin de semana en contacto con la tierra.

Qué llevar: En la cabaña hay un colchón matrimonial, pero si son más de dos personas lleven colchonetas de campamento, bolsas de dormir calentitas, almohadas si las quieren. Arropense según la época: en enero de noche sí hacía frío, pero al sol a medio día y caminando cuesta arriba sí hace calor. También pueden llevar algunas botanitas al gusto para entretener a los niños en las caminatas, pero las comidas están muy bien servidas en casa de Raúl y Carmen.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *