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Primer estudio sobre microplásticos en fauna marina en México

¿Te gustan las almejas? Pues, hay altas probabilidades que te las estés comiendo con condimento de plástico…
Imagen de El tercer brazo

Este año se publicarán los resultados del primer estudio mexicano sobre microplásticos en almejas comestibles, provenientes de una de las zonas con mayor aporte comercial en este tipo de alimentos: Veracruz (Golfo de México).

¿Qué son los microplásticos?

Los microplásticos (pedacitos de plástico de menos de 5mm) son un gran problema para la salud humana y la de muchos otros animales terrestres y acuáticos. Todos hemos oído hablar de las tortugas con popotes en la cavidad nasal, o de ballenas muertas porque tenían el sistema digestivo repleto con enormes pedazos de plástico que no podían digerir. Pero resulta que el plástico a pequeñísima escala puede que sea un problema aún más grande. Actualmente existen muchos estudios (como este) que demuestran que estamos comiéndonos organismos que contienen plásticos.

Un pedazo de microplástico detectado en almejas de Tecolutla, Veracruz.
La imagen está muy ampliada. La linea negra a la derecha equivale a 50µm o 0.005cm (o 1/20 de un milímetro)

En esta imagen, según la escala, el fragmento grande de plástico rojo mide como unos 25µm de arriba abajo, es decir 0.0025cm o 1/40 de milímetro. Pero también se aprecia cómo se está rompiendo para dejar separarse un trozo de unos 7µm.

En los últimos 20 años se han hecho muchos estudios en todo el mundo que demuestran presencia de microplásticos en pescado a la venta en los mercados de varios países, en los mariscos, incluso en el zooplankton, invertebrados de mares profundos y larvas de insectos ribereños. Además se han detectado en la tierra y en el aire. En cuanto a consumo humano: los microplásticos se han detectado en la cerveza y en el agua potable embotellada. En 2018 un estudio pequeño de la Agencia Ambiental Austriaca incluso encontró microplásticos en las heces de todos los individuos (8 humanos) que participaron en el estudio.

¿Cómo estamos en México?

Hasta ahora en México solo existen tres estudios sobre microplásticos encontrados en:

  • sedimentos de playas supuestamente “virgenes” cercanas a Huatulco, Oaxaca, en 2013-2014 (puedes leer el artículo aquí)
  • en playas arenosas de la Península de Baja California (puedes verlo aquí)
  • y el más reciente demuestra que este tipo de contaminantes ya se encuentran en sedimentos de agua dulce en la cuenca del río Atoyac en Puebla (léelo aquí)

Este tipo de estudios evidencia la enorme dispersión de estas partículas de plástico en nuestros ecosistemas naturales. Lo cual sugiere que, en México, como en otras partes del mundo, la fauna acuática también los esté consumiendo comúnmente.

Próximamente saldrá publicado un nuevo estudio que es la primera investigación mexicana sobre los microplásticos en fauna marina comestible, en este caso moluscos bivalvos, o almejas. El estudio lo llevó acabo la Lic. Hidrobióloga Wendy Alvarado Aguilar, junto con la colaboración de la Mtra. en Ciencias Lirio Jazmín Sánchez Hernández y la Dra. Patricia Ramírez Romero (asesora del Proyecto de Investigación), pertenecientes al Laboratorio de Ecotoxicología de la UAM Iztapalapa.

Polymesoda caroliniana
Imagen: ©Jax Shells

La almeja Polymesoda caroliniana que fue la especie analizada en este estudio en Tecolutla, Veracruz, es una especie consumida comunmente en diversas partes del país y la costa de Veracruz es una zona importante para la recolección de este tipo de alimentos.

Los resultados de la Lic. Alvarado nos revelan que:

  • 88.3% de las almejas analizadas contenían microplásticos.
    La mayoría de las partículas encontradas en las almejas tenían forma de fibras y en particular eran de color negro. Las descargas de aguas residuales, el turismo (ropa) y la pesca (abandono de redes y materiales sintéticos) se identificaron como fuentes probables.
Una microfibra encontrada en la investigación de Lic. Wendy Alvarado
  • Los microplásticos menores a 638 micras (o 0.638mm) fueron los más abundantes.
  • Con los valores de abundancia de microplásticos encontrados, se pudo calcular que un coctel de almejas de 100 g (aprox. unas 8 almejas) nos proporcionaría una ingesta promedio de 296 partículas, lo que indicaría que anualmente una persona que come mariscos por lo menos 2 veces al mes tendría 7,104 partículas plásticas dentro de su organismo. Estas cifras son menores respecto a las encontradas en estudios similares en algunos países de Europa y Asia.

Entrevista con la investigadora

Tuvimos la suerte de poder entrevistar directamente a la Lic. Wendy Alvarado Aguilar para profundizar algunos temas:

ZeP: ¿Cuándo vamos a una marisquería podríamos notar a simple vista los microplásticos en las almejas?

Lic. Wendy: Estas partículas no se pueden percibir a simple vista debido a su tamaño y posiblemente a su color. Los microplásticos se definen por tener tamaños menores a 5mm, incluso algunos pueden llegar a ser más pequeños (nanoplásticos).

Cuando comemos almejas tenemos el hábito de comerlas por completo y las partículas plásticas están dentro del organismo; entonces esto hace que difícilmente podamos ver si contienen o no microplásticos.

Fragmento de microplástico encontrado en la investigación de Lic. Wendy Alvarado

ZeP: Y si son tan chiquitos ¿de veras nos pueden hacer daño?

Es muy probable que sí. Existen estudios en los que se reporta que estas partículas de plástico son vectores de otro tipo de contaminantes que se encuentran dispersos en el agua como: metales, ftalatos o el Bisfenol A (como este artículo). Actualmente no hay estudios que demuestren que estos contaminantes se puedan transferir a lo largo de la cadena trófica, pero debemos apoyar estas investigaciones para conocer los efectos que podrían repercutir en la salud de los humanos.

ZeP: En el estudio encontraste que la mayor parte de los microplásticos eran micro-fibras ¿Estas de donde provienen?

La mayoría de los estudios sobre microplásticos en organismos acuáticos mencionan que la generación de las microfibras es por el lavado de la ropa sintética como el poliéster, poliamida o nylon. También pueden provenir del desgaste de botellas PET, llantas de autos, bolsas de PEBD y redes de pesca que comúnmente son abandonadas cuando ya no son útiles.

Una microfibra encontrada en la investigación de Lic. Wendy Alvarado

En las zonas aledañas al hábitat de estos organismos comúnmente se desarrollan actividades turísticas, por lo que no se descarta la idea de que provengan de las descargas de aguas residuales de la población.

Para saber más sobre los 3 tipos de los microplásticos, pica aquí.

ZeP: ¿Y qué podemos hacer para mejorar esta problemática?

Necesitamos legislación, establecer políticas públicas que puedan ayudar a contrarrestar el impacto en los ambientes naturales, necesitamos tecnologías modernas para el correcto tratamiento de las aguas residuales … pero en el fondo, lo que tendría mayor impacto, sería que todas las sociedades encuentren alternativas para usar mucho menos plástico. Para eso necesitamos el apoyo de las grandes empresas que producen todo tipo de artículos de plástico. Los valores culturales de la sociedad también son de gran importancia y tendríamos que dejar de depender de estos materiales. Es un gran reto pero si tan solo se dejaran de utilizar los plásticos de un solo uso (unicel, vasos, platos, empaques, bolsas plásticas etc.) esto sería un gran comienzo para contrarrestar la contaminación en el medio ambiente.

Para saber más sobre acciones que puedes tomar tu en tu vida cotidiana y en tu casa, pica aquí.

¿Qué podemos concluir del estudio de microplásticos en almejas? 

El estudio de la Lic. Wendy Alvarado nos ofrece un excelente primer dato sobre la disposición de los microplásticos en la costa de Tecolutla, Veracruz, pero revela la urgente necesidad de hacer más estudios en diversos puntos de las costas Mexicanas y en otros organismos marinos de importancia comercial (como ostiones, cangrejos, camarones y muchísimas especies comestibles de pescado) que, en razón de los comportamientos propios de cada especie, pueden tener más o menos exposición y probabilidad de ingerir la basura plástica que el ser humano deja llegar al mar.

Además de hacer estudios tenemos que tomar decisiones firmes, rápidas y contundentes. Si continuamos como vamos, estamos lentamente envenenando nuestras fuentes de alimento. Necesitamos legislación, tratamiento de aguas negras y una GRAN reducción de la producción de plásticos, acción que comienza por cada uno de nosotros.

¿Todo eso parece muy lejano y muy difícil?

  • La reducción de la producción de plásticos se debe enfrentar desde el individuo (reducir la compra/consumo de plásticos desechables) y a nivel de las grandes empresas que los generan para «facilitar la compra». Tu puedes tomar decisiones sobre lo que compras (checa las acciones que puedes tomar en casa para reducir la contribución de microplásticos) y puedes presionar las empresas productoras tanto retirándoles la compra, firmando peticiones en linea y escribiéndoles cartas particulares (checa estas propuestas de Greenpeace Mx).
  • Aquí encontrarán más información sobre los microplásticos.
Polymesoda caroliniana, vista del interior
Imagen: ©Jax Shells
¡Agradecemos a Paloma de El Tercer Brazo y Brian de Jax Shells por el uso de sus fotos y a la Lic. Wendy Alvarado por su gran trabajo y la fotos de microplásticos!

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