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Regalos para muchos (o por compromiso)

Muchos nos sentimos obligados a hacer regalos por compromiso. A los colegas del trabajo, a las maestras, a los vecinos, a la familia extensa en el gran encuentro anual.

La realidad es que en estos casos casi siempre hay un limite de lo que podemos gastar. Y cuantas más personas son, menos le podemos dedicar a cada uno.

Entonces lo más probable es que terminemos regalando 27 (o 87 o 267) chucherías con algunas (si no es que todas) las siguientes características:

  • plástico barato
  • no sirven para mucho
  • se rompen enseguida
  • algún comestible procesado 
  • envuelto en una o varias capas de plástico.

Puro sinsentido y desdicha del medio ambiente.

Y quizá también sea un desastre económico…

Un poco de matemáticas: si somos 20 y definimos un monto máximo de $50 por persona, cada uno va a gastar (50 x 19 =) $950 antes de esta fiesta. Entre todos vamos a gastar (20 x 950 =) $19,000 en regalitos baratos y sin sentido y que significarán mucha basura.

Este es un ejemplo nomás: saca este cálculo para tu caso.

Pero lo más seguro es que resulte un monto verdaderamente significativo para estarlo tirando a la basura en baratijas de corto uso, poco reciclables, y de alta huella (aunque bajo costo monetario individual).

¿Sabías que en la Ciudad de México, durante las fiestas producimos 25% más basura que en otras épocas del año?

Entonces, aquí les ofrecemos algunas alternativas:

Ideas para intercambios con sentido entre muchos

1. Primera idea: cancelar los regalos

Si tu familia/lugar de trabajo está abierto a la idea: platiquen y pónganse de acuerdo en suspender la entrega de regalitos y sus respectivos envoltorios de plástico. Puede que esto requiera hasta una PROHIBICIÓN, porque no falta el que dice «aunque nadie vaya a dar regalos, yo sí quiero…»

Analícense internamente: si los regalos solo son para «mostrarse» cuidadoso de los demás, mejor cuídalos cuidando el medio.  

2. Pónganse todos de acuerdo y aporten el dinero a una causa común

La verdad es que a mucha gente les hace falta un gesto en esta temporada, y ese se ha asentado (fomentado por las empresas que venden chucherías) en este gran reparto comercial de regalitos y alimentos procesados con mucho gasto económico en material que solo se usará poco y enseguida será basura. Cortar por completo ese «gesto» o ceremonia, a muchos nos puede costar trabajo.

Entonces, transformémoslo:

Recuperaríamos mejor el sentido de la navidad, contribuyendo a que alguna causa social o ambiental pudiera tener un buen comienzo en el año nuevo. Si esos montos magnificos que podrían juntarse en una fiesta familiar de 20 ($19,000, quizá más en una oficina grande) los pudiéramos destinar a acciones positivas, ¿no sería mucho mejor? 

Aquí, les proponemos algunas buenas causas que siempre requieren apoyo desinteresado. Seguramente conozcas tu otras causas, proyectos y acciones positivas que puedes proponer en tu familia/escuela/oficina para apoyar.

¿Cómo elegimos la causa? 

Hay muchísimas buenas causas que necesitan apoyo todo el año. Hagámosle la navidad a los grupos que más lo necesitan.

Antes de la fiesta (de familia u oficina) pueden escoger a 3 personas para investigar y proponer cada uno, un destino para los fondos. Durante la fiesta hay que crear un espacio par presentar las 3 ideas y todos votar. Este momento debe tener el sentido no ultra serio, sino del gusto de hacer algo digno por el bien común, de la acción de regalar. Según las votaciones el dinero se puede repartir proporcionalmente entre los 3 proyectos, o entregar todo al ganador (según las reglas que les pongan en tu fiesta).

La causa podría ser algún miembro de la familia o el equipo. ¿En tu oficina hubo colegas con daños muy graves a sus casas en el temblor? ¿Por qué no le dedican el monto «de los regalos» a comprar alguna pieza fundamental que necesite esa familia?  

Puesto de otra manera: en lugar de con tus 1000 pesos comprar un montón de regalitos inútiles y más o menos dañinos al medio ambiente, envía ese monto a una causa que lo aplicará para mejorar el bien estar de muchas personas y su entorno.

3. Ceremonia alternativa

El intercambio individual puede tener un valor simbólico importante. Pero te opones a la onda comercial …  Pero se pueden hacer intercambios simbólicos y muy divertidos, que construyan relaciones y dejen recuerdos. ¿Cómo?

Anécdota:

Desde hace 3 años, en mi familia todos los que quieren participar de los intercambios de regalos traen uno a la fiesta, envuelto en periódico. Solo hay una regla: está prohibido comprar nada. Lo que traigan envuelto tiene que ser algo que ya estaba en su casa. Más allá, no hay reglas. Puede ser broma, puede ser serio, puede ser sorpresa.

El día de la fiesta, cada uno que llega deja el regalo al pie de alguno de nuestros arbolitos (de tela, de plátano, los vamos variando) y apunta su nombre en un papelito que tenemos listo (papel reciclado, desde luego!). 

Comienza la fiesta, se come, se bebe, se platica… y cuando la abuela lo designa, comienza el juego. Ella va retirando los papeles del sombrero y la persona designada se acerca a la pila de regalos y escoge uno. A la vista de todos, lo abre y puede haber 20 minutos de plática sobre qué es (así de curiosos son los parientes) y quien lo envolvió… ¡Siempre hay risas! Así sucesivamente, todos los regalos son escogidos, abiertos, inspeccionados por toda la familia con bromas y deleite.  La ceremonia dura, fácilmente 1 o 2 horas. Al final existe la posibilidad de pedirle intercambio a otro, pero también se pueden negar!! 


 ¿Cómo podría funcionar en tu casa o tu grupo de amigos? Ahí entra en gran medida el ingenio de cada quien en el contexto del trabajo o de su familia. En mi casa hemos ido probando diferentes opciones, que pueden conocer aquí (próximamente). 

4. Algunos mini regalos que no hacen daño

Si de plano no se acepta la idea de hacer un cambio en la familia o el trabajo para dejar de regalar mil cosas, tú sí tienes opciones. Hay algunos regalos pequeños y duraderos que puedes comprar para muchos y sin mucho plástico.

  1. Suculentas (o plantas en general, pero las suculentas son más aguantadoras que otras plantas en manos de novatos, y además puedes comprarlas chiquitas a precios muy accesibles)
  2. Jabón hecho en casa o comprado local, presentado en bolsitas de tela reciclada. Si lo haces en casa, puedes hacer una cantidad importante sin incurrir en tanto gasto. Inviertes más bien tu tiempo. Recuerda que el jabón tiene un tiempo de curado antes de poderse usar.
  3. Una variedad de «pequeños detalles» para que la gente use menos desechables y contamine menos. Por ejemplo: popotes de metal, termos y vasos portátiles de re-uso. Les recomendaría mucho visitar alguna de las tiendas de poco empaque y ver qué productos tienen dentro de tu presupuesto.

En estos casos no pierdas la oportunidad de agregar una notita explicando que este regalo es una oportunidad para cuidar el medio ambiente.

Aquí puedes descargar, gratis, uno de estos diseños si te sirven. Te recomiendo que al reverso agregues una nota personal a mano.

Nos encantaría que en los comentarios a continuación nos compartan más ideas, o cómo les fue en el intento de introducir nuevas alternativas en el regalerío de esta temporada… 

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