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¿Sabes de dónde viene el agua con la que te bañaste?

La Ciudad de México es la quinta ciudad con mayor población del planeta y abastecerla de agua es un gran reto. Para ello se han realizado grandes obras de infraestructura desde el siglo pasado, sin embargo, la extracción del agua de la cuenca en la que se asienta, trasvasar agua de la cuenca del río Cutzamala y del río Lerma, no ha sido suficiente, a pesar de los altos costos ambientales que han implicado: la ciudad se encuentra en la lista de las 11 ciudades que para 2030 podría experimentar un  “día cero”, como se le ha denominado al día en que no habrá más disponibilidad del líquido.

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¿Tu sabes de dónde viene el agua con la que te bañaste?

El sistema Lerma provee aproximadamente 12% del agua que se consume en la CDMX, desde la década de los 1950 se han suscitado problemas por la sobreexplotación de los acuíferos de esta cuenca, lo cual ha ocasionado pérdida de fertilidad de los suelos, transformación de los cultivos de riego a cultivos de temporal, impacto en el paisaje y modificación en las formas de vida de los habitantes aledaños. Actualmente este río es el más contaminado del país, ya que a lo largo de su cauce son vertidas aguas negras e industriales.

En cuanto al sistema Cutzamala, el panorama no es mucho mejor, provee aproximadamente el 30% del líquido, traer agua a la ciudad por medio de este conjunto de 7 presas, más de 2500 kilómetros de tuberías, vencer más de 1000 m de altura por medio de seis plantas de bombeo y operar una enorme planta de potabilización, implica un costo de más de 12 millones de pesos diariamente, así como fuertes problemas sociales con las comunidades aledañas al sistema.

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La cortina de la Presa Tiloxtoc. Foto de César Velázquez 2011

Extraer agua del manto freático de la cuenca de México, proporciona más de la mitad del agua que la ciudad consume (54%), ello ha provocado el hundimiento diferenciado de la ciudad con las consecuentes fugas por el deterioro de las tuberías. En diversos países del mundo el agua del subsuelo se considera como una reserva para el futuro, de la que se extrae agua ocasionalmente en época de escasez, no obstante en esta ciudad es la principal fuente de abastecimiento, hay que recordar que el agua subterránea es un recurso limitado almacenado durante miles de años, seguir sobre explotando este recurso no debería ser una alternativa.

El actual corte de agua que afecta a la ciudad es una especie de escenario de lo que podríamos enfrentar si seguimos con el ritmo de consumo actual del agua, para 2030 potencialmente podríamos quedarnos sin el líquido.

En la CDMX el promedio de consumo de un habitante es de 366 litros/día, mientras que ciudades como París o Nueva York el consumo es de 150 litros/día. Pero en Iztapalapa, alcaldía conocida por el limitado reparto del líquido, se calcula que los habitantes ocupan entre 50-80 litros/día. Entonces para llegar al promedio de 366 litros para toda la ciudad, tiene que haber otras partes de la ciudad que están ocupando hasta 500 litros/día/habitante.

En las colonias más marginales de Iztapalapa, por ejemplo, no les preocupa este corte de 4 días porque su normalidad es que el agua les llegue una vez por semana o menos. Esa desigualdad en el reparto hace que por un lado su acceso al agua potable les salga mucho más cara y que apliquen muchas técnicas prácticas para hacer un aprovechamiento más completo del agua.

De igual manera, algunas de las acciones que tomaremos para sobrevivir los 4 días sin abastecimiento de agua, podrían practicarse cotidianamente para reducir nuestro consumo en toda la ciudad.

Como habitantes de esta ciudad y la razón de ser de toda la infraestructura construida para abastecernos de agua, debemos ser más conscientes de lo que implica que puedas abrir la llave para bañarte y que corra el agua por tu regadera.

Puedes consultar el manual para sobrevivir al próximo corte de agua aquí y poner en práctica acciones como captación del agua de lluvia, cambiar tu baño por uno seco, reducir el tiempo de bañado, reutilización del agua gris, entre otras muchas acciones que pueden ser pequeñas pero harán ser la diferencia en el futuro.


Juana Martínez Macedo

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