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Biodiversidad

Los murciélagos y la salud humana

Nayelli Rivera

Mucha gente considera que los murciélagos pueden ser un peligro para la salud humana ¡pero no es cierto! Esta mal información surge por rumores sin fundamento científico. Al contrario, los murciélagos son considerados como bioindicadores para determinar la salud del ambiente. En otras palabras, la presencia y actividad de murciélagos refleja el equilibrio y funcionamiento de los ecosistemas, temas de gran importancia para el bienestar humano también. Para facilitarles vivir en zonas urbanas el 25 de enero habrá un taller para hacer casitas de murciélagos. Ve el enlace al evento al final de esta entrada.

Tadarida brasiliensis Imagen: Bureau of Landmanagement publicada en naturalista.mx usada bajo acuerdo de Creative Commons

Con frecuencia se dice que los murciélagos transmiten virus, enfermedades como la rabia o que su guano es tóxico. Sin embargo, no hay nada que temer. Las enfermedades y microorganismos están presentes en todos los grupos biológicos del planeta, desde las plantas, peces, reptiles, mamíferos y humanos, no sólo en los murciélagos. Por lo que si se toma en cuenta los beneficios y los servicios ecosistémicos que brindan los murciélagos (polinización de plantas económica y ecológicamente importantes como el agave y los cactus columnares, el control de poblaciones de insectos, dispersión de semillas en ambientes tropicales) no les debemos tener miedo. Al contrario son de los animales silvestres que más deberíamos de tener gusto de tener en nuestro ambiente.

En cuanto al miedo que existe entre la población sobre el guano de los murciélagos: es importante destacar que no es el guano del murciélago lo que hace que se desarrolle la histoplasmosis. En realidad, el histoplasma es un hongo que se desarrolla en lugares húmedos con poco movimiento, poco sol y condiciones de temperatura, presión que no se presentan en ambientes urbanos, por lo que el histoplasma no se relaciona con la presencia de guano de murciélagos necesariamente, sino con el ambiente. Para poder conservar a la biodiversidad, es importante entender bien la ecología de las millones de especies que nos rodean y así podernos dar cuenta que no hay nada que temer. 

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