Un relato de la creación de cobijas alegres con retazos de jersey
Para fines de septiembre de 2017 habíamos agendado desde hacia varias semanas un taller de mermeladas en Quiltepec, una pequeña comunidad subiendo al Ajusco (Delegación Tlalpan). A pesar del sismo, y la lluvia persistente, nos animamos a ir porque era una buena manera de juntarnos, divertirnos y encontrar ánimos en esos días de tristeza grupal.
Fue una gran experiencia compartida y se hicieron varios litros de mermelada de pera a fuego abierto y luego licor de pera de Carmela.
Ese día vimos que Elena Cruz, la amiga en cuya casa hicimos los mermelada, tenía muchas bolsas de retazos de tela de jersey (con la que se hacen los suéteres) porque es costurera y ha ido guardando los sobrantes de material de los encargos que le envían. Ya no los usa y le ocupan mucho espacio y estaba viendo qué hacer con ese gran volumen de retazos. Entonces fue que se nos ocurrió que se podrían usar para re-crear algo nuevo, novedoso, calentito y util en estos tiempos en que tanta gente ha perdido su casa y casi todo lo que tiene.
Octubre
Entonces la semana siguiente regresamos con el coche vacío para llevarnos algunas de las bolsas de retazos y Ozmayra empezó a lavarlas, pues la tela había estado almacenada mucho tiempo.
Noviembre
Para noviembre estaban todas las telas lavadas pero el jersey se des-teje así que necesitábamos una máquina overlock para amarrar los hilos con firmeza, no las simples maquinas de coser caseras que tenemos. Nos tardamos un tiempo buscando en instituciones que dan cursos de costura para que nos prestaran las maquinas en el taller, pero no se pudo.
Diciembre
Seguíamos buscando una over. La semana antes de navidad una amiga, Katya, nos prestó la suya y empezamos a coser.
El proceso fue tardado porque teníamos que sacar un montón de retazos de tela para ver qué teníamos y cómo armar las cobijas.
El jersey suele venir con un borde tejido más cerrado para hacer la parte de abajo del suéter, además de los puños y cuellos, pero como estos encogen la tela no nos servía porque queríamos que las cobijas quedaran planas. También había secciones muy dañadas que teníamos que quitar.
Entonces durante varios días estuvimos sacando tela y cortando los bordes encogidos y otras partes demasiado dañados. Luego viendo qué colores combinaban bien y empezando a juntar algunos retazos.
La verdad estábamos un poco trabadas de cómo mejor convenía empezar a trabajar, y en ese momento nos ayudó Mónica, que es costurera profesional, a dar el paso seguro
Y entonces, después de un par de días de romper agujas y equivocarnos al hilar los 4 hilos de la over, empezó a fluir correctamento el hilo por los lazos de la over, y la costura de las piezas empezó a acelerarse.
Hacíamos tiras o cuadrados para luego juntarlos en piezas más grandes, siempre por bordes rectos.
Y así empezaron a salir cobijas enteras.
Por último Mónica nos volvió a ayudar a hacer las costuras de los bordes con un punto de doble hilera y así salieron las primeras 4 cobijas antes de navidad.
Y fueron entregadas en un albergue de Benito Juarez, CDMX, en los días después de navidad.
Aquí iremos subiendo las fotos a medida que las tengamos.