Este artículo es de Lindsay Coulter, “Queen of Green” de la Fundación David Suzuki, publicado originalmente el 18 de abril de 2011. Ella habla de su experiencia cuando empezó a apoyar a familias en Canadá para que fueran reduciendo su huella ambiental. Pueden ver el original aquí.
Presentamos una traducción de su escrito, porque estamos apenas empezando un proyecto parecido en México. Pero próximamente podremos hablar de nuestra propia experiencia de apoyar a familias en la Ciudad de México.
Ya pasaron 5 meses desde que “enverdecí” a Los Smiths. Esta familia de 6 que vive en Alberta sabían que podían hacer más por el planeta pero no sabían por donde empezar.
No estaban seguros qué esperar cuando se enteraron que me habían ganado. Los periodistas que llegaron a su casa pensaban que iban a ver paneles solares brillando en el techo y un Prius (coche híbrido) en el garage. Melanie, la madre de familia, tenía esperanza que fuera algo más que simplemente “perseguir a mi familia por toda la casa apagando luces y cerrando llaves y llevar mis propias bolsas al super”. Melanie pasó de “Soy una sola persona ¿qué puedo hacer?” a “Soy una sola persona ¡Mira lo que puedo hacer!”
Aquí van algunas ideas para motivar a otra persona o para incentivarte tu:
Paso 1: ¿Qué acciones o sistemas ya tienen/usan?
Empieza desde un punto positivo.
En el caso de los Smith, en el garage tenían una hilera de botes de reciclaje desbordados. Les puse el reto de reciclar menos. ¿Suena absurdo? Hacer pilas masivas de reciclaje no nos lleva a un huella ecológica menor. Nos sumergimos en esos botes para ver qué podíamos re-usar. Melanie es ahora una entusiasta de los frascos de vidrio (cómo yo).
Paso 2: ¿Cual es nuestro mayor impacto?
Melanie se pasa mucho tiempo lavando ropa. Lava la ropa con agua fría en su lavadora de ahorro energético. Pero no existe una secadora de ahorro energético. Re-instalamos su tendedero que estaba guardado en el olvido que pudieron armar ahora (en invierno) en el comedor. En verano tenderán afuera.
Paso 3: Los pequeños pasos importan
Melanie me dijo, «Me voy en piyama a dejar a los niños a la escuela porque ni me da tiempo de vestirme en las mañanas. ¿Cómo voy a encontrar el tiempo para salvar el planeta?”
Con mi ayuda y su determinación/decisión, los Smiths ahora:
- Hacen sus propios detergentes “verdes” (como detergente líquido para ropa)
- Hacen jabón líquido sin triclosan
- Compran productos de aseo personal sin la docena sucia de sustancias químicas
- Hacen composta y usan su trituradora de desagüe menos
- Comen más comidas vegetarianas
- Compran algunos productos orgánicos
- Prefieren algunos proveedores que saben que evitan los agroquímicos (más opciones próximamente para CDMX)
- Preparan loncheras verdaderamente cero basura
- Enchufan sus aparatos electrónicos en zapatillas con interruptores para poderlos apagar del todo cuando no están en uso.
- Desenchufan los aparatos vampiros (más info próximamente)
Melanie escribió: “Los pequeños detalles SI IMPORTAN. Han cambiado la manera en la que vivimos, para mejor”
Paso 4: Viendo el mundo a través de lentes “verdes”
Melanie dice que “al enseñarles a mis hijos, a través de mis acciones cotidianas, la importancia de la responsabilidad ambiental, ellos también se harán adultos con que comparten esa responsabilidad.”
Tiene toda la razón.
Cuando la visité la semana pasada, Melanie me contó que están comprando créditos de carbono para compensar los vuelos que tomarán en el verano — algo que jamás se le hubiera ocurrido antes.
Paso 5: Cadenas de acciones positivas
Yo fui la «madrina» de Melanie y le compartí mis recetas sobre ingredientes no-tóxicos de productos de limpieza doméstica. Ella encontró carbonato de sodio y jabón de castilla en la tienda bio de su pueblo y compartió mis recetas con la cajera que ahora también los usa.
Además: Melanie descubrió que “Mucha gente estaba MUY interesada en nuestra historia — gente como nosotros, que quiere hacer las cosas mejor y nomás no saben bien cómo. No es solo nuestra familia que ha visto la luz, sino nuestra familia extensa, amigos, vecinos, los profesores de mis hijos, la comunidad en la que vivimos y así la lista se alarga”.
Lo más probable es que si estás leyendo esto, ya haz hecho algunos cambios en tu quehacer cotidiano para bien del planeta. Pero seguro conoces a alguien —un pariente, un vecino, un colega del trabajo— que le vendría muy bien un apoyo.
¿Por qué no hacemos cadenas de acciones positivas para compartir lo que vamos aprendiendo?