En medio de diversas actividades, la instalación del Bosque de Esperanza en Toluca y Metepec trajo consigo un ambiente de comunidad entre aquellos que se animaron a participar.
En las mesas de bordado se disfrutaba la platica con desconocidos que no lo parecían, pues las historias discurrían en confianza así conocieras o no a la persona a tu lado. El eco-conocimiento estuvo disponible para quienes participaron en los talleres, hubo gran variedad de temas y para todas las edades, como el taller de bombas de semillas donde los mas pequeños disfrutaron del amasar de la tierra o el taller de bordado de calaveritas para los ya no tan pequeños.
Por otra parte, las platicas nos tocaron fibras sensibles al hacer visibles tantos datos duros, que sin duda nos ayudaran en nuestro camino para mejorar nuestra relación con el entorno. Sin duda, el paso del Bosque de Esperanza por estos lares fue una verdadera fiesta.