Lo más difícil de reducir el desperdicio de comida es a veces visualizar lo que se va a necesitar. Para eso, el plan de comidas es una gran ayuda. Toma un tiempo acostumbrarse y refinar la herramienta para tu caso ¡pero vale la pena!
1. Tómate unos minutos cada semana para hacer una lista de las comidas/cenas de una semana.
Al principio quizá te tome más que unos pocos minutos, porque hay que aprender a organizar las ideas. Y tienes que pensar en la realidad de la casa: por ejemplo, en mi casa hay una comida fuerte al día y la otra suele ser algo más sencillo (puede ser sobras de la comida fuerte, quesadillas, una torta con ensalada). Si en tu casa hay dos comidas fuertes, varios platillos diferentes, date espacio para apuntar ambas.
Sugerencias para el plan:
- Trata de tener en cuenta actividades que impacten la disponibilidad de tiempo de la persona que vaya a cocinar cada día. El día que va a cocinar papá, pon una receta que sí se sabe. El día que tienes una junta toda la tarde y te toca cocinar a tí, no pongas una receta super complicada.
- En relación con lo anterior, ve si se pueden preparar varios platillos adelantados de manera que a la hora de comer (cuando llega la mayor parte de la familia con hambre) solo hay que recalentar y detallar. O si puedes preparar una cantidad grande de algo y comerlo el lunes, refrigerarlo y volverlo a comer el miércoles.
- Considera cómo las sobras de una comida pueden contribuir a las de los días subsiguientes, o consumirse en loncheras o tentempiés. Recuerda que se trata de no desperdiciar! Aquí algunas sugerencias.
- Checa si en tu casa, conviene tener un día de amortiguación donde la comida se designa «sobras de la semana». Todos los guisados que sobraron en pequeñas cantidades se pueden repartir en tacos.
2. Con la lista completa, haz tu lista de mercado/super.
Mi lista, aparte de los ingredientes de las comidas a preparar, incluye básicos para desayuno, ingredientes de sandwiches/quesadillas y complementos de cena como yogur, granola, cereal, queso, tortillas etc
3. Compra (o pide) los ingredientes que vas a necesitar.
4. Prepara y come lo que planeaste.
No importa si cambias jueves por miércoles, pero haz todos los platillos que imaginaste.
5. Evalua
Terminando la semana, evalúa si te excediste de comidas, o si te faltó y tenlo en cuenta para la planificación de la siguiente semana.
Por ejemplo:
En la lista de la foto (que es la lista real de mi casa esta semana) el miércoles hubo un cambio de plan y no llegué a casa con niños para comer y a la cena solo querían un uchepo y un yogur. Los grandes cenamos sobras del martes.
Así que el curry (preparado el martes) se comerá hoy (jueves) con arroz hecho al momento y unos chapatis. Los ravioles (planeados para jueves) y las papas (planeadas para viernes) pueden aguantar más y podrán irse recorriendo sin problema y ser parte de las comidas/cenas del fin de semana.
Tendrás la conciencia más ligera, un planeta más cuidado y ahorrarás dinero.
NOTAS extras
Al principio no es fácil y hay que reconocer que es complicado controlar todo al 100%. Planeaste que comería toda la familia e hiciste comida para 8, pero el martes solo comieron en casa tu y 2 niños. No te frustres, hay muchas opciones:
- pasa la comida que no se comió para la cena
- congélala para sacarte de un apuro la semana siguiente
- apoya a tu amiga con hijos pequeños que no se está dando abasto y llévale un tuper para que coman sano y rico sin tener que preparar nada
- ¡recuerda lo que tienes en el congelador para ahorrarte una cocinada en una semana más complicada!