Casi tres semanas han pasado desde la tormenta huracanada que afectó gran parte de São Paulo, Brasil, pero en las calles todavía podemos ver a los nuevos grandes villanos: l@s árboles.
La tormenta del pasado viernes, 11 de octubre de 2024, fue totalmente inesperada. Según los especialistas de Climatempo*, esta fue provocada por una acumulación inusual de nubes que se formaron durante ese mismo día viernes, producto del encuentro de un frente frío con la atmósfera caliente. El resultado fue catastrófico. Rajadas de viento de más de 100 km/h en zonas altamente arborizadas, granizos y lluvia que dejaron 7 víctimas fatales, cientos de damnificados, vuelos cancelados y 2,1 millones de casas sin energía, muchas de las cuales pasaron hasta 6 días sin este preciado servicio.
Pasado el susto, además de agradecer que estábamos bien y vivas, comenzamos a mirar y a analizar el panorama. La cantidad de árboles caídos era increíble. Y como l@s árboles fueron los que cayeron sobre el tendido eléctrico, pues entonces ell@s fueron indicados como los principales sospechosos del desastre. «Es que Enel,» la compañía a cargo del abastecimiento de la electricidad en gran parte de São Paulo desde 2018, «no realiza las podas preventivas suficientes», «es que ya no deberían tener tantos árboles en las zonas urbanas», «es que mejor vivir en un lugar sin tanta arborización»…
El absurdo era tal que la Municipalidad de São Paulo, a cargo de Ricardo Núñez, incluso difundió mensajes «aclarando» que la responsabilidad de la poda cerca del tendido eléctrico era estrictamente de los privados.
¿Y quién se preocupa de supervisar el trabajo de dichos privados?
¿Quién se preocupa del mal y obsoleto diseño del tendido eléctrico? nos preguntamos muchas.
Como si fuera poco, a pesar de diversas protestas y denuncias en plena televisión abierta y en redes sociales, Enel mantenía una gran cantidad de los camiones estacionados en sus diversas sedes.
Y, como siempre, la desigualdad sigue siendo un factor que agrava los problemas para la parte invisible de la sociedad. Según el Observatorio de Clima y Salud de la Fiocruz,** el número de personas afectadas por desastres climáticos relacionados al clima en Brasil pasó de 21 millones el 2020 a 48 millones el 2023. Estos eventos extremos están aumentando la famosa brecha ¿creada por quién? ¿por l@s árboles?
Al ver las impactantes imágenes que dejó esta tempestad se reafirma el trabajo del Bosque de esperanza. Todavía tenemos un mundo que (SOS)tener, reconstruir y zurcir. Con más ánimo que nunca vamos a bordar nuestros villan@s favorti@s.
Texto y fotos de Cinthya Lepín
28 de octubre de 2024, Cotia, SP, Brasil
PD: al momento de la redacción de esta nota, infelizmente ocurrió un evento con características similares en Rio Grande do Sul, al sur de Brasil.
Notas
* Empresa brasileña que ofrece servicios de meteorología e climatología.
** La Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) es una institución de pesquisa, enseñanza y producción de medicamentos y vacunas, vinculada al Ministerio de Salud de Brasil.