A veces miramos un árbol y pensamos solo en su altura, su belleza, pero todo depende del árbol: nuestra agua depende de los árboles, nuestro oxígeno depende de los árboles, es la casa de todo el mundo.
Sebastiao Salgado en La sal de la tierra (2014)
Nos preguntamos –Ivonne, Liliana y Dora– ¿qué dirían los árboles si pudieran opinar sobre el cambio climático, la contaminación, la desaparición de la biodiversidad, el impacto de Homo sapiens…? Los árboles no pueden hablar pero somos muchas y muchos en el mundo que tenemos opiniones que expresar, que sentimos que podríamos darles voz.
El público es un gigante dormido; cuando despierta, cuando despertamos, ya no somos simplemente «el público»: somos la sociedad civil, una potencia cuyas capacidades pacíficas a veces, por un momento brillante, son más poderosas que la violencia, más poderosas que regímenes y ejércitos. Escribimos la historia con los pies y con nuestra presencia y nuestra voz y visión colectiva. Y sin embargo –y por supuesto– todo en los medios convencionales sugiere que la resistencia popular es ridícula, sin sentido o criminal a menos que sea muy lejano o haya sido hace mucho o, idealmente, ambas. Estas son las fuerzas que prefieren que el gigante siga dormido.
Rebecca Solnit en Esperanza en la oscuridad
A través de estos bordados, esperamos sembrar las semillas de ese despertar. A través de llamados a «abrir los ojos», solicitudes a cuidar, preguntas e información cada bordadora te deja su profunda inquietud sobre cómo estamos habitando este planeta en el siglo 21.
Inspiradas por la propuesta de artivismo (o craftivism) de Sarah Corbett, estos bordados fueron creados en diferentes foros presenciales, en particular 2: los talleres de bordados por la tierra en febrero y marzo en la Casa del Tiempo de la UAM y los talleres virtuales de bordado artivista de Zurciendo el planeta durante el confinamiento (junio-noviembre 2020). Estaban pensados para ser instalados muchas veces en diferentes parques públicos, alcaldía por alcaldía, de la Ciudad de México como parte de un proceso de concientización ciudadano. Pero con la pandemia y la virtualización de nuestros talleres, ahora se han extendido de punta a punta de América Latina. Se agrupan virtualmente en esta página, pero están instalados en México, Chile y la Argentina.
Si te interesa involucrarte, checa qué está haciendo ahora la colectiva aquí.
Los bordados cuyas fotos aparecen a continuación están organizados en orden alfabético. Cada uno va acompañado de un testimonio de la bordadora que lo creó. En los casos de bordados creados fuera de la Ciudad de México, especificamos dónde se hicieron para compartir la amplitud geográfica de inquietudes sobre el medio ambiente, pero no consideramos que debíamos separar los bordados mexicanos de los argentinos o los chilenos. Todos los humanos estamos pasando por la misma crisis ambiental y necesitamos buscar soluciones y acciones y CAMBIOS de formas de vivir de manera conjunta. Soluciones locales y aprendizajes compartidos.
Adriana Torrigino, Pergamino, Pcia de Buenos Aires, Argentina
Oriunda de Rosario y viviendo actualmente en Pergamino, soy médica y docente de la UNNOBA ( Universidad del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires). Lucho por la preservación de los humedales en el delta del río Paraná y otras cuestiones ambientales.
Puse mi bordado en un árbol en calle España y San Juan, en Rosario hace ya 2 meses. Los humedales continúan siendo quemados.
La Universidad de Rosario está montando un sitio de estudio y los activistas y voluntarios continúan trabajando. No sólo por una ley que proteja los humedales y su biodiversidad sino también para apagar los fuegos.
Alejandra Arana
Para iniciar mi bordado pensé en una frase que causara impacto, ya que todos en algún momento hemos oído sobre el cambio climático, calentamiento global y demás, pero no todos somos responsables de nuestras acciones, o desconocemos cuál es el verdadero impacto que causamos.
Así que, si todos cumplimos una función en el planeta, la de los árboles es tan simple, sólo hace oxígeno para la mayor parte de los seres vivos que habitamos el mundo, Siendo una mayoría, tú (humanos)¿qué haces para estar en armonía con el entorno? ¿Cómo ayudas al ambiente? ¿qué haces para coexistir?
Alejandra Valdez
Ana Jovane
Los árboles son seres vivos de lo más común y corriente en el planeta Tierra, pero están en peligro de extinción por la tala desmedida de bosques y selvas, por ignorancia y por intereses comerciales o industriales que prefieren plantas de crecimiento más rápido.
El árbol desde siempre ha brindado al hombre todo: alimento, madera, combustible, defensa, forraje, etc. PERO SI SE ACABAN LOS ARBOLES EL SER HUMANO DESAPARECERÁ DE LA FAZ DE LA TIERRA.
Miles de especies han desaparecido y sólo el Homo sapiens es consciente de ese fenómeno y puede ser capaz de evitarlo.
NO tales un árbol porque “cortar un árbol es como matar a un hombre” como dijo Eulalia, la señora mixteca que ayudó en mi casa durante 35 años.
Ángeles Ortiz
Nuestra sociedad necesita de manera urgente acciones que concienticen para el cuidado y protección de nuestro ambiente natural, acciones que nos permitan redescubrir ese amor profundo que nos une con la flora y fauna. No importa que tan urbana sea nuestra vida, nuestro cuerpo siempre dependerá de la tierra.
La frase bordada “Somos una especie en peligro de extinguirlo todo” me resuena mucho en la mente y me hace temer de que si no creamos conciencia pronta y no actuamos por el cuidado de nuestro planeta, acabaremos con ese 42% (aproximadamente) de flora y fauna que aún nos queda en el mundo.
Espero que quienes le den un vistazo al bordado les cause revoloteo en la mente y se cuestionen sobre su actuar individual y sientan la necesidad de hacer algo por nuestra madre tierra, porque es nuestro único hogar.
Cecilia Álvarez
¿Sabías que México tiene el primer lugar de América Latina en recolección de PET?! Sin embargo, lo ideal sería no producir desechos plásticos o de cualquier otro material no orgánico. El planeta ya no resiste el nivel de contaminación que produce la raza humana. Prueba de ello son las condiciones extremas de los fenómenos meteorológicos en los últimos tiempos. Es urgente que cambiemos nuestra manera de habitar el planeta y la convivencia con los demás seres vivos, debemos ser más respetuosos y empáticos.
Claudia Cruz
Soy Claudia Cruz, tengo 50 años, mi ocupación antes de la pandemia y durante 25 años, era secretaria; también soy mamá de dos guerreras. Soy tejedora, bordadora y cosedora aprendiz. Mi bordado es una R de reciclar, reparar, reutilizar, rediseñar, renovar, reemplazar, recuperar, reducir; 8 acciones que nos pueden llevar a un cambio y que, de ser necesario, se repliquen las veces que sean. Usé varias técnicas, reutilicé una camisa vieja, las palabras son bordadas y las hojas tejidas.
Me parece muy importante detenernos y tener conciencia de hacer de este mundo un lugar mejor, de pensar y repensar el impacto que hemos causado los seres humanos a través de nuestras prácticas de consumo, saber que hay muchas maneras de hacer un cambio.
Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.
Eduardo Galeano
Coral Salina Lorenzo
Soy bióloga de profesión. La frase que bordé como parte de este ejercicio de reflexión, espero sirva para cuestionarnos sobre lo que por generaciones tristemente hemos normalizado cómo parte del «desarrollo». En dónde el progreso implica la destrucción y el daño desmesurado de la naturaleza. Por lo tanto, quién la protege y quiere vivir en armonía con ella se convierte en el «enemigo del progreso» y en consecuencia el «salvaje y bárbaro».
Dora Napolitano
El brinco de los virus de una especie a otro es en principio algo que ha sucedido siempre y es el origen de muchas de las enfermedades comunes que conocemos. Pero en las últimas décadas estos brincos se han hecho cada vez más común por la manera en la que el hombre está invadiendo los espacios naturales. A medida que reducimos las posibilidades de superviviencia de los mamíferos, sus cohabitantes como los virus, también buscan otras oportunidades para sobrevivir. El ser humano es ahora el mamífero cuya población ofrece alimento para los virus.
En este bordado quise hacer alusión a la magnitud del problema de la basura en la Ciudad de México. Aunque parezca poco que cada uno de nosotros saque 1-2kg diarios, en una ciudad tan enorme como esta, es demasiado. Quisiera que cada ciudadano tome consciencia y reduzca su consumo para así producir menos basura. Las empresas se verán obligadas a ajustar sus formas para evitar empaques y desechables, si nadie quiere comprarles por sus «malos modos». Lee más sobre la basura.
El primer bordado que aparece en el video está inspirado en una canción de Pete Seeger, que en 2009 celebraba el sistema de recolección de basura de Berkeley, California, que es una de las primeras ciudades en acercarse a un sistema de procesamiento de desechos realmente «cero basura». El bordado, hecho en dos partes con Ana Jovane, nos inspiró a hacer una canción en español, obra de mi amiga Tania Lomnitz con Ricardo Lomnitz. Y el coro que ella compuso me gustó tanto, que me inspiró a hacer el segundo bordado.
Gran parte de nuestro problema con las «cosas» y la materia prima para hacer las «cosas» (todo lo que se requiere para hacer todo lo que usamos) se debe a una falla desastrosa en el sistema de diseño y producción. El costo ambiental de la economía lineal de la materia –extraer, usar (con frecuencia muy poco) y tirar– no está considerado en el costo monetario de un pieza. Pero es cada vez más alto ese costo o impacto ambiental y se nos van a acabar los recursos. Así como un producto no llega a hacerse si no es económicamente rentable, nunca debería llegar a hacerse si no es ambientalmente rentable. Hay que replantear el diseño de TODO. Desde los desechables hasta las máquinas complejas.
Como dice Tania en la canción, hay que «revolucionar» los productos cuyos materiales no circulan en la sociedad. Si un producto no puede formar parte de un círculo de re-uso, re-creación o re-ciclaje, debería dejarse de producir y PUNTO.
De todas maneras casi todos los materiales que necesitamos ya los extraímos. Simplemente tenemos que hacernos mejores en la recuperación y recirculación de estos recursos.
Es una reflexión importante para todos. ¿Cómo quieres que sea el futuro? Nadie es adivino, pero ¿crees que vamos encaminados hacia ese futuro deseable o nos estaremos yendo chuecos? Habrá muchas opiniones diferentes, pero creo que todos debemos hacer esta reflexión y tomar decisiones de vida congruentes que contribuyan a tornar nuestro camino hacia ese futuro deseable. El que yo deseo es uno donde la gente se apoya mutuamente para construir una sociedad sostenible, equitativa, compartida, comunitaria, local en su producción, global en sus intercambios de conocimientos para el bienestar, con un clima y un planeta en franca recuperación. Siento que como sociedad global vamos muy chuecos, pero hay pequeños espacios de esperanza: tenemos a nuestro alcance todos los elementos para construir el futuro que deseo, nomás debemos aumentar el número de personas que comparten la visión.
Este bordado lo hice porque el despilfarro de recursos me desespera pero en las fiestas de fin de año la situación se potencia increíblemente. Imagínense 25% más de las 13 mil toneladas diarias de basura que produce la Ciudad de México (son 3 250 000kg más de basura cada día).
Amigos, vecinos, ciudadanos: si quieren tirar su dinero, tírenlo, es suyo para hacer con él lo que quieran. Pero los recursos vitales de la tierra no son de nadie y son el sustento de todos. Nadie tiene derecho a desperdiciarlos para que terminen contribuyendo al cúmulo monstruoso de basura que se produce en la Ciudad de México (y muchas otras ciudades con muchos millones de pobladores en todo el mundo). Tu disfrute de las fiestas no aumenta porque generas más basura. Lo que importa no son los regalos y las capas de plástico que los envuelven. La fiesta no tiene que hacerse con desechables; de hecho si luego se organizan en brigadas de limpieza para que no le quede todo el trabajo a una persona, encontrarán mucho más sentido de comunidad y unidad. Busquemos siempre imprimirle más sentido a nuestras fiestas, señales de amor, amistad, cariño, actividades que nos dan risa a todos y generan alegría, sin generar basura. Si estás en duda de cómo empezar, aquí encontrarás muchas ideas para fiestas (si es que este año se puede…), regalos, adornos y viajes.
Erika Razo
Cerca de los árboles me siento feliz y protegida. De alguna forma siento que nos transmiten su sabiduría del mundo y nos invitan a cuidarlos, respetarlos y escucharlos.
Son demasiados los beneficios que nos otorgan y por medio de ellos la naturaleza nos expresa su poder y fuerza. Como nuestros ancestros forjaron parte de lo que somos ahora, así los árboles han forjado el mundo tan hermoso en el que vivimos y debemos luchar para preservarlo.
¡Para mí los árboles son pura vida!
Este bordado está hecho con retazos de tela de cortinas, ya que no formaban un cuadro perfecto lo hice escalonado. Todos los hilos fueron recolectados de gente cercana que los tenían guardados y los donaron amablemente para este bordado. Las orillas y el listón de las tiras fueron reusados también de otros objetos.
Fred Drilhon
«Las huellas que dejamos»
Las huellas de los dinosaurios eran enormes, pero nunca alcanzaron el grado de las huellas que los humanos estamos dejando a costa de los demás seres, de nosotres mismes y el sistema vital que nos ha sostenido y aún sostiene.
Las pisadas de nuestro andar en este planeta se han vuelto tan invasivas, pesadas y depredadoras que si siguen con este ritmo ya no habrá camino que pisar, ni planeta que lo aguante…
Graciela Estíbaliz Hernández Cadenas
Las colillas de cigarros son uno de los mayores y más desastrosos contaminantes del suelo y el agua, y aunque no soy fumadora, creo fervientemente que es mi compromiso evitar que hagan más daño si no podemos detener a las grandes industrias cigarreras.
Ahora que tenemos una solución y pueden reciclarse, comencé una campaña en mi colonia para mantener las áreas verdes limpias de colillas, así impedimos que los niños lleguen a tener contacto con ellas, logramos que la comunidad se haga consciente y empecemos a transformarnos en observadores críticos y consumidores responsables.
Harumi Navarrete Sokey
Mi nombre es Harumi, soy de la CDMX y tengo 18 años. Durante muchos años disfruté visitar el pueblo de mi abuela paterna “Miraflores” y gracias a esto afloró en mi interior un sentimiento de cuidado por el medio ambiente, los árboles, las flores, las montañas y el cielo… Sin embargo, conforme fui creciendo esa manera de ver el mundo quedó cubierta por un velo invisible que no me dejaba ver; el amor que en algún momento germinó en mi corazón se estaba viendo ennegrecido por acciones que no sintonizaban con ese sentimiento. Después de más de 10 años abrí los ojos y fui capaz de ver que mis acciones dañaban a nuestra Pachamama. Fue necesaria una pandemia, pero gracias a ella pude ver el despertar de muchas personas que, como yo, habían estado bajo esa oscuridad por mucho tiempo. Llevar una vida congruente entre el amor que dicto y el amor que expreso me ha hecho una persona más feliz y plena. Zurciendo el planeta se ha vuelto una pieza clave en mi camino a una vida mejor, pues también me reconectó con el bordado, una actividad que mi abuela también instaló en mí desde que era muy pequeña. Estoy infinitamente agradecida por las nuevas personas que he conocido en el camino, con todos los aprendizajes, con toda la energía y con todo el amor.
Mi frase se resume en lo que es, solo necesitamos mirar un poco, darnos cuenta, abrir los ojos… tomar acción. Es una invitación desde lo más profundo de mi corazón.
Este bordado se lo dedico a mi abuela Sara Hernández Zarco, mi segunda mamá.
¡Qué molesto es usar cubrebocas! ¿no? ¡pues claro! Si queremos que la calidad del aire mejore y que cosas como pandemias dejen de ocurrir empecemos a cuidar a nuestro planeta ¡dejemos de ser parte del problema y seamos parte de la solución!
Ivonne Ortiz
¡Anímate a hacer tu propia lombricomposta!
Jimena Cancino
Tomé un fragmento de un poema de Walt Whitman donde habla del regreso de la naturaleza, de retomar su espacio. Con la pandemia nos hemos dado cuenta de la importancia de regresar a lo básico, a lo natural, a no seguir destruyendo lo que nos queda antes de que sea demasiado tarde.
Jimena Luna
Che, ¿qué haces? no ves vos que la tierra es parte de mi? son mis raíces, ves?
¡Boludo! No dejes allí tu mierda, mis raíces se van a pudrir, y si se pudren yo moriré.
¡Qué va, vos no entendés!
no te das cuenta que somos tan parecidos…
Tus pies, son mis raices,
Tu cuerpo, es mi tronco
Tus brazos, son mis ramas
Tu cara, tus ojos, tu boca,
son mis hojas, mis flores, mis frutos.
¿Me explico? ¡Bah! Quizá en tu último respiro te des cuenta, se proyecte la imagen de cuando dejaste la caca de tu perro en una bolsa de plástico, ahí junto a mi cuerpo, encima de mis pies, de la tierra que me nutre.
Leticia Ocampo
Soy una mexicana preocupada por la conservación de nuestra tierra, que es nuestro único hogar, nos da vida, nos cuida y sana.
Me gustan las cosas manuales y bordar y en ello expreso mi sentir y parte de mi alma.
Me encanta ser parte de este proyecto y deseo hacer conciencia del cuidado y amor a nuestra tierra.
Liliana Osnaya
Soy Ingeniera física egresada de la UAM y docente en la UNAM y en la UP. Me apasiona la naturaleza, el cuidado del medio ambiente, la permacultura, la acuaponia y la bioconstrucción. Mi bordado es sobre los polinizadores, a continuación una breve explicación.
Los polinizadores hacen posible que existan la mayoría de los frutos y vegetales que consumimos los seres humanos. Para la reproducción vegetal se necesita el traslado del polen desde las partes masculinas de una flor hasta sus partes femeninas.
Muchas especies de insectos visitan las flores para buscar su néctar o polen; y mientras lo hacen, transportan los gránulos que contribuirán a la polinización. Las abejas melíferas son insectos polinizadores altamente eficaces, tienen el cuerpo cubierto de pelos que recogen fácilmente miles de gránulos de polen cuando se mueven al interior de las flores. En una sola jornada una abeja puede visitar miles de flores de una misma especie, recogiendo el néctar y el polen y esparciendo interminablemente los gránulos de polen por todas las flores.
Los herbicidas, insecticidas, el monocultivo, la tala de la vegetación y otros tipos de destrucción de plantas en flor, eliminan las fuentes de abastecimiento alimenticio de los insectos polinizadores. Evitemos malas prácticas que los afecten y promovamos más el cultivo de flores que los benefician. Aquí algunas ideas.
Lourdes Díaz
Soy oxígeno para tus pulmones, no bote de basura.
Maite Moneo
Mi mayor deseo al formar parte de este grupo es que mi bordado, actividad que me produce un enorme gusto y satisfacción estética y humana, contribuya a la toma de conciencia en todo el mundo de la necesidad de cuidar y proteger a nuestro planeta, esa pequeña manchita azul en la inmensidad del universo.
María Angélica Puentes, Pergamino, Pcia. de Buenos Aires, Argentina
Me llamo Maria Angélica Puentes, tengo 64 años. Vivo en Pergamino, provincia de Bs As en Argentina. Mi trabajo es la medicina, en la más amplia de las miradas que es la clínica médica. En el recorrido, la práctica me ha llevado por varios campos más acotados. Aún desde estos, la salud continuó siendo a mi entender, un resultado indisoluble de nuestras relaciones con el medioambiente que habitamos y exprimimos. Me interesan los caminos de otras medicinas ancestrales y practico chi kung (o qi gong como mas les guste). También recibí junto con Héctor, el regalo de tener dos hijos, de 25 y casi 28 años, hermosos y creativos (lo dice la mamá…).
La cuarentena trajo esta alternativa de participar en los talleres de Zurciendo el planeta. Y encontrarnos en estas propuestas de pensar en otras maneras de cuidar al planeta: nuestra casa colectiva y nuestra materia física individual. Así que estoy repensando y modificando modos y hábitos, acompañada y agradecida.
Aquí está mi bordado en uno de los tilos de mi vereda, inspirada en esa frase de la compañera Harumi: invitar a abrir los ojos. Descubrir cómo ser más cuidadosos de nuestra casa, lo que va de la mano con generar menos basura, modificando el modo en que consumimos. Hay infinidad de gestos que hacemos día a día que pueden sumar o restar en este camino: compostar, elegir comer fresco y no procesado, aprender de las plantas, estar al tanto de los procesos que generan nuestra ropa, los químicos que usamos sin pensar en nuestra casa y ni hablar de los que la agroindustria utiliza con la excusa de mejorar la producción de alimentos. El abanico de los plásticos y otros derivados del petróleo cuyos nombres y necesidad ni conocemos (pero los usamos), se abre y se aleja llevando nuestros inmensos desechos hasta el fondo del mar, al agua de los ríos, a nuestra propia sangre. A veces es un peso enorme pensarlo así. Y otras veces aparecen las voces de la gente animando, en forma de voces femeninas que insisten en cuidar, recuperar, seguir insistiendo, acompañar los cambios pequeños y cotidianos. Y en eso estoy, estamos.
Maya Castro
Soy originaria de la Ciudad de México, Maestra en Higiene, Seguridad y Salud Laboral, entre otros aspectos Bordadora, Tejedora y Costurera aficionada.
¿Por qué debemos cuidar a los árboles?
- Brindan hogar a distintas especies de animales e insectos
- Son testigos vivos de la historia pues son los seres más longevos del planeta
- Producen oxígeno
- Absorben el dióxido de carbono principal causa del calentamiento global
- Ayuda al equilibrio climático
- Reduce la contaminación acústica
- Minimiza la reflexión de la luz sobre el planeta
- Ayuda al control de inundaciones
- Ofrece protección y alimento a los animales
- Aumenta el flujo de agua, ayuda a mejorar la calidad del agua
- Ayudan a mantener el media ambiente sano
- La sombra de los árboles disminuye la evaporación del agua
- Modulan la velocidad del viento, reducen los efectos de las polvaredas
- Conservan suelos fértiles y previenen la erosión.
- Reducen la exposición a los rayos UV en un 50%
- Atraen las lluvias garantizando se cumplan los ciclos del ecosistema
- Nos brindan alimentos y productos maderables
- Por si fuera poco, embellecen el paisaje, calman el espíritu y alegran el alma (si lo dudas sólo tienes que abrazar un árbol).
¿Conoces algún otro beneficio? Por favor comparte.
Supuestamente en la Ciudad de México está prohibida la distribución y comercialización de bolsas de plástico desechables desde principios del 2020. Por esa razón, las bolsas mal llamadas ecológicas se hicieron populares sólo porque duran un poco más.
Son de mala calidad pues se rompen con gran facilidad, además generan otro tipo de contaminación. Para su elaboración utilizan pigmentos contaminantes y están hechas de propileno que es considerado un material peligroso por la NOM-018-STPS-2000, con efectos potenciales a la salud pues quienes las fabrican pueden padecer de daños hepáticos y serios problemas pulmonares. Es un producto altamente flamable y la exposición a los humos puede causar dolores de cabeza, mareos, somnolencia, vómito, asfixia y pérdida del conocimiento.
Mientras gobierno y empresas no se hagan realmente responsables de las consecuencias, esta será solo una moda más, que en nada beneficia al medio ambiente.
Melissa Veytia
Siempre estamos diciendo que debemos de salvar la naturaleza o salvar al planeta. Lo que en realidad deberíamos de decir es: Queremos salvar la vida como la conocemos ahora y la de millones de especies. La naturaleza no nos necesita para sobrevir pero los humanos sí la necesitamos para vivir. Por muchos años hemos sentido que la naturaleza es un lugar prístino que disfrutamos cuando vamos de vacaciones; no nos sentimos parte de ella. Nos sentimos superiores para explotarla o salvarla.
Ozmayra Córdoba
Con este mensaje lo que quiero transmitir es la necesidad de amar de manera inmediata nuestros recursos naturales y con ello intentar de disminuir o dejar de generar un impacto devastador que está ocasionando daños irreversibles a nuestro planeta.
Pato Holeywell
Este bordado intenta de alguna manera poner a la luz qué tanta conciencia tenemos de lo que compramos. Cuánto de lo que compramos, tiramos apenas llegamos a casa. Muchas veces es más grande el paquete de diferentes tipos de plásticos que el producto que necesitamos comprar.
La imagen muestra como unos pajaritos están en el suelo mirando como sus casas-árboles están ocupadas con bolsas de nylon de las compras.
Como primera consigna invita a tomar conciencia de la importancia de llevar la bolsa reutilizable cuando vamos de compras.
Y profundizando un poco más, el volver a pensar nuestras compras; ser partícipes activos y conscientes de lo que desechamos y cómo lo desechamos, ya sea reduciendo en ecobotellas, reutilizando o sacando en el horario que corresponda a la recolección de residuos, evitando así que el viento lo vuele o los perros lo rompan.
Este bordado nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad en el consumo.
Paty Ruiz
Mi idea es seguir reflexionando sobre lo que no debemos seguir haciendo, por el bien de nuestro planeta.
La simbología de mi bordado es darse la mano en un símbolo de afecto y compromiso a la vez.
Pía Bravo Schilling, San Pedro de la Paz, Chile
Mi bordado fue pensado para crear conciencia en los niños del cuidado y respeto hacia los árboles, por ello un mensaje corto que indica «Sueño verte Crecer» el que puede interpretarse tanto como el niñ@ sueña ver crecer el árbol como también que el Arbol sueña ver crecer al niñ@. Un cuidado mutuo a lo largo de la vida; el niñ@ cuida al árbol para que crezca y el árbol lo cuidará a él dándole vida, aire limpio y sombra para que juegue en los parques.
Para ver más de las creaciones y remiendos maravillosos de Pía, pueden seguirla en @pia.b.sch
Rosaura Bazo García
Hice este bordado pensando en las toneladas de basura y desechos tóxicos que se destinan a las playas. Hace un año fui a la playa de Acapulco, como es bien sabido este puerto es el destino favorito de los capitalinos por su cercanía a la ciudad. La demanda de visitantes ha ocasionado que Acapulco y otras playas tengan la problemática ambiental de toneladas de basura que se generan al recibir a visitantes inconscientes que desechan con facilidad vasos y bolsas de plástico, toallas sanitarias y envases de vidrio, entre otros desechos. Al ver esta situación considere que ya es algo insostenible mantener esta situación.
En esos días también me impactó leer artículos que referían y mostraban fotografías de las islas de basura en los océanos. Esto es una amenaza latente para todos nosotros y la biodiversidad que hay en el planeta. Pocos meses después llegó a nuestra vida este virus COVID-19 que ha transformado la vida de toda la humanidad.
En el marco de esta pandemia y de su primera ola y confinamiento, fue que a través de internet me enteré gratamente del taller de Zurciendo el Planeta, con el tema Los árboles hablan y la actividad era hacer un bordado artivista. Participé haciendo mi bordado artivista, bordando en una tela con hilos de color información importante que sirviera para crear conciencia de la problema ambiental en lo océanos. La frase que borde es La Isla de basura del Pacifíco contiene 800. 000 toneladas de desechos plásticos.
Lee más sobre las islas de basura aquí.
Rubi Ortiz
Mi primera experiencia al encontrar el grupo fue el asombro por lo que hacían en los árboles, aparte del contexto que manejan en donde a todo le puedes encontrar una segunda utilidad y hasta una tercera o cuarta. En esta sociedad de desecho me parece fundamental que nos volvamos a educar para cuidar todos y cada uno de nuestros recursos. El cartel en especial lo hice pensando en mis hijos, en mi rol como madre, en esa pequeña, pero gran semilla que les dejaré en cuanto al cuidado y preservación de nuestro planeta.
No me cansaré de aprender, de reaprender y de enseñar para que el futuro sea algo mejor, no solo para mí, incluyo también a cada ser que está marcando la diferencia.
Seila Fernández Arconada
Fronteras,
líneas creadas para delimitar,
líneas que separan un estado de otro,
líneas reales aunque imaginadas,
líneas que dividen la vida natural,
y la fuerzan a estar fragmentada,
líneas de poder estampadas con sangre.
Esta frase, bordada con delicadeza, es tan actual como histórica,
una frase que incluye a seres humanos y otras especies más que humanas,
que se adentra en lo íntimo de la naturaleza y sus ciclos vitales,
incluyendo el territorio cuerpo-tierra que somos.
La frase ha sido tomada del libro “La vergüenza de Europa, diarios desde el campo de concentración de Quíos”, un libro de relatos sobre experiencias en este campo de refugiados; un lugar, o más bien un no lugar, de “recibimiento” en Europa para algunas personas que arriesgan su vida y llegan después de haber atravesado el mar buscando un horizonte: un futuro mejor.
El medioambiente es uno de los promotores de migración. Hay personas que huyen no sólo de la guerra sino buscando sobrevivir a desastres naturales o condiciones medioambientales difíciles. El cambio climático está fomentando y fomentará estos desastres y degradación ambiental, y es por eso que la conciencia y actuación respetuosa en este “campo” es no sólo vital para la vida sino para la naturaleza, la naturaleza que somos.
Árbol elegido: Haya
Lugar de instalación: monte Corona (Cantabria, España)
Steph Sánchez
La finalidad de mi bordado es crear conciencia moral para cuidar, proteger y valorar los servicios ecosistémicos que nos brinda la naturaleza y entender que nuestras decisiones y prácticas favorecen o desfavorecen el equilibrio en el planeta. Es decir, todos tenemos una responsabilidad ambiental con el entorno que nos rodea. El humano se ha elegido dueño de todo lo creado en su antropocentrismo y ha puesto a la tierra y a la naturaleza a su servicio; la tierra es nuestro hogar, sin ella no podemos vivir y para conservar nuestro hogar hay que cuidarlo.
Susana Fernández, Buenos Aires, Argentina
Invitando a pensar que pasa abajo de los mares, ríos y lagos, por los desechos humanos. Aproximadamente el 70% de los envases, envoltorios y desechables (de lo que consumimos) terminan siendo alimento de los habitantes de mares, ríos y lagos. Lee más…
Grito de atención al tema de la preservación de los árboles y espacios verdes. Contra todo tipo de ataque que, de maneras soslayadas o inescrupulosas, se adueñan de todo lo verde del planeta y lo destruyen a su antojo. Olvidan que, solo porque existen esos seres vivos, los humanos podemos respirar.
Reflexionando sobre los estereotipos impuestos por la moda consumista que, claramente , impone modelos anti naturales quitando libertad, amor a lo que somos, a nuestros cuerpos y formas y discriminan a las mujeres bonitas, dejando afuera a la que intenta ser original y/o diferente. La lucha cotidiana por ser quienes somos es lo que nos hace realmente bonitas personas.
En este bordado quería invitar a pensar en la contaminación ambiental provocada por los motores. Especialmente en los lugares urbanos y de superpoblación. La bicicleta, ademas, contribuye a llevar una vida más saludable y antisedentaria.
Tessa Brissac
Hemos creído mucho tiempo que los árboles, las plantas en general, son individuos aislados, inmóviles, solitarios.
Sólo en fantasías, sea libros o películas, se representaban selvas o bosques como seres colectivos capaces de adaptarse, reaccionar contra intrusos o agresiones, compartir la información de un extremo a otro de sus complejos cuerpos vegetales.
Pero no es ciencia ficción.
Cada árbol, hasta el solitario laurel de una plaza urbana, es parte de una red que se extiende bajo tierra , abarca kilometros de raíces, inmensos rizomas de hongos, y comparte a su modo informaciones vitales y a veces decisiones colectivas cuando escasean los recursos vitales.
La nueva ciencia de los bosques muestra que siempre que tocamos un árbol, tocamos un miembro de un ser colectivo que no podemos percibir directamente. Sí, el árbol nos oculta el bosque, pero el bosque está aquí , en nuestros barrios, en las avenidas, calles, plazas de las ciudades.
A duras penas sobreviven, cada árbol que maltratamos o talamos los mutilan y, sin ellos, no podemos vivir.
Viridiana Jimenez
Soy Viridiana, diseñadora gráfica de día y bordadora e ilustradora de noche. Este bordado artivista lo realicé cuando comencé de manera más formal mi huerto, dándole espacio y tiempo para cuidar de él. En mi casa se llega a echar a perder una fruta o verdura, y pienso que en nuestra sociedad tenemos tanta facilidad para obtenerlas, que olvidamos todo el proceso que se necesita para hacerlas crecer. El cultivar tus alimentos, no solo te provee comida, sino que te hace consciente de los procesos y los tiempos y genera empatía por la tierra. Esta es una forma de resistir el cambio climático y la sociedad consumista.
Sobre el material: usé una tela de algodón teñida naturalmente con zacatlaxcalli, hilos de algodón y las frutas y verduras están hechas con telas reusadas. Las representaciones de frutas y verduras en este cartel son las que yo he obtenido gracias a mi huertito, espero crezca.
Habrá guerras, el planeta se calentará, algunas especies se van a extinguir, pero cuántos, qué tan caliente y qué sobrevive depende de si actuamos.
Rebecca Solnit en La esperanza en la oscuridad