Muchos de los productos para limpiar la plata son tóxicos.
No es una de mis mayores preocupaciones para la toxicidad de la ciudad porque la mayor parte de la ciudadanía no tiene muchas piezas de plata ni las limpia muy seguido. Pero si estás haciendo el cambio hacia una vida sin tóxicos y tienes una pieza amada, histórica o regalada, vale la pena saber que la puedes limpiar sin hacer daño.
Es muy sencillo limpiar la plata con materiales que ya tienes en casa.
Insumos
- bicarbonato de sodio
- agua
- un trapo suave (como un trapito de algodón, calzón o camiseta agujereados). El trapo suave es importante porque la plata es muy suave y puede rallarse si usas un material más duro.
Pon un trapo o periódico debajo del área de trabajo porque caerán pedazos de bicarbonato sucio y así será más fácil recogerlo todo.
Mezcla una cucharada de bicarbonato con media de agua para hacer una pasta. Agrega el agua de a poco para que no quede demasiado aguado (aunque no importa mucho, no te detengas en eso).
Con el trapito recoge un poco de la pasta y aplícala a la pieza y frota con el trapito. Según la forma de la pieza que estés limpiando conviene hacer círculos, aunque los mangos de los cubiertos tendrán que limpiarse con movimientos largos.
Así ve limpiando todas las superficies de tu pieza.
Los pedazos de bicarbonato sucio los puedes echar a la basura o al drenaje. No son tóxicos para la fauna acuática.
NB. Las fotos de este artículo son de cuando limpié una cucharita que le regalaron a mi mamá de bebé. Es la primera vez que limpio plato!